Hace unos años en el centro educativo donde trabajaba como docente de aula, instalaron cámaras de vigilancia en los salones de educación maternal e inicial (niños de 0 a 6 años) generando mucha controversia y aceptación sobre su uso.
En primer lugar, los padres de familia aceptaban la iniciativa porque podían observar a su hijos en el salón de clases en cualquier momento del día, y aunque no podían escuchar lo que la maestra decía, sí podían ver cómo era tratado.
En segundo lugar, los docentes se sentían desconcertados porque consideraban que los directivos los vigilaban, y que ante cualquier hecho visto por medio de las cámaras su trabajo se convertía cada vez más vulnerable.
Y en tercer lugar, los directivos consideraban que era una manera de mantener vigiladas las instalaciones del centro ante cualquier robo, y a su vez para observar a las maestras en su día a día, así como a los niños que tuviesen un comportamiento disruptivo dentro del aula para tomar las medidas correctivas lo más rápido posible.
En la actualidad, aquellos centros educativos que posean cámaras de vigilancia en sus instalaciones, son sinónimo de lujo, seguridad y prevención, son centros que cuidan quienes entran y salen de sus espacios, así como los materiales invertidos dentro de ellos para garantizar una mejor educación, sin embargo muchos se cuidan de colocar las cámaras en pasillos y espacios comunes y no dentro de los salones de clases ya que ocasiona incomodidad dentro del personal docente al sentirse "vigilados".
Algunos se preguntarán: ¿son necesarias las cámaras de vigilancia en los centros educativos?, la respuesta para muchos es SI, porque se pueden observar conductas de los alumnos, ver las grabaciones y saber quién comenzó una pelea durante la hora de receso o quien tomó un objeto que no le pertenecía mientras no había guardias en el pasillo, así como saber si en horas de la noche ingresó alguna persona al lugar. Definitivamente son muchos los beneficios que tendría un centro educativo con su uso, pero siempre y cuando se respete el trabajo del docente del aula y se supervise a través de procesos de evaluación de desempeño objetivos y no mediante el uso de la tecnología, que aunque es bienvenida, todavía hoy día el docente no está preparado para eso.
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